San Esteban Harding, Fundador del Cister

San Esteban Harding, figura clave en la formación de la Orden Cisterciense, representa un ejemplo de entrega total a Dios y de un profundo compromiso con la reforma monástica. Su vida, marcada por la búsqueda de la austeridad y la oración, influyó profundamente en la historia de la Iglesia y dejó un legado perdurable en la vida religiosa occidental. A lo largo de este artículo, exploraremos su vida, obra y el impacto que tuvo en la Orden del Cister.

Datos principales

Nacimiento y primeros años

San Esteban Harding, de origen inglés, nació alrededor del año 1060 en un contexto desconocido, sin información registrada sobre sus padres o familia. Se educó en la abadía de Sherborne, en Dorsetshire, una institución que, aunque influyente, no revela una particular huella en su trayectoria inicial. Se especula que, tras su salida de la abadía, no tenía un plan concreto para su vida, explorando, de manera inicial, la región escocesa y luego París, con la finalidad de expandir su conocimiento y la comprensión del mundo. Se ha documentado su viaje a Roma, realizado junto a un compañero, con el propósito de llevar a cabo una peregrinación, recitando el Salterio diariamente.

Vocación y conversión

El encuentro con los monjes de Molesmes, una comunidad monástica de vida austera y pobreza, resultó crucial en la formación de San Esteban. La abnegación y el estilo de vida de estos monjes, centrados en la oración y el trabajo manual, le cautivaron. San Esteban decidió permanecer en la comunidad de Molesmes, abandonando a su compañero y abrazando una vida religiosa. La comunión con San Roberto, abad, y San Alberico, prior, con quienes compartía un ideal de pobreza, fortaleció su decisión.

Vida religiosa y obra

Tras algunos años en Molesmes, la comunidad experimentó un descenso en su espíritu de austeridad, lo que llevó a San Roberto, acompañado por San Alberico, San Esteban y otros cuatro monjes, a solicitar al arzobispo Hugo, delegado pontificio en Francia, el permiso para fundar una nueva comunidad en Citeaux. El permiso fue concedido, y el 21 de marzo de 1098, la nueva abadía de Citeaux fue inaugurada. San Roberto fue nombrado abad, San Alberico, prior y San Esteban, subprior.

La transformación de Citeaux, un espacio aislado en el bosque, fue un proceso complejo y exigente. San Esteban jugó un rol clave en las primeras etapas, particularmente en la redacción de las Constituciones de la Orden Cisterciense, un cuerpo de reglas que se esforzó en perfeccionar la Regla benedictina, añadiendo rigurosidad en la vida contemplativa y en la austeridad. El monasterio se enfrentó a dificultades, pero la determinación de San Esteban y sus compañeros se mantuvo firme. En 1109, tras la muerte de San Alberico, San Esteban asumió el cargo de abad, implementando reformas significativas como la prohibición de las cortes de los magnates y la supresión de la ostentación en la liturgia.

Milagros y hechos extraordinarios

Se relata que, ante la crisis por la disminución del número de novicios en Citeaux, una situación de verdadera penuria económica, San Esteban, con confianza en Dios, mandó a un monje a comprar víveres en Vézelay, a pesar de poseer solo tres céntimos. La obtención de los víveres se logró gracias a la generosidad de un vecino rico que estaba en sus últimos días y escuchó la petición del monje. Este evento, más que un milagro en sí, ilustra la confianza de San Esteban en la providencia divina. También se menciona la profecía de un monje moribundo, quien se le apareció para comunicarle el futuro crecimiento de la Orden.

Muerte y canonización

San Esteban Harding, tras años dedicados a la formación de la comunidad de Citeaux y a la consolidación de la Orden Cisterciense, renunció al báculo abacial cuando ya era anciano y casi ciego, preparándose para la muerte. Sus últimas palabras reflejan su profunda humildad y la convicción de que su labor fue una obra de la gracia divina, a pesar de la incertidumbre y de las adversidades enfrentadas. No existió una canonización formal, pero fue inscrito en el Martirologio Romano por el Cardenal Baronio y el capítulo general de la Orden Cisterciense confirmó su culto en 1623.

Elogios y culto posterior

El impacto de San Esteban Harding en la historia de la Iglesia es considerable. Su liderazgo en la fundación de Citeaux dio origen a una reforma monástica que se extendió a través de Europa, influyendo en la vida religiosa y espiritual de numerosos monasterios. La vida de San Esteban se destaca por su profunda entrega a Dios, su constancia ante la adversidad, su liderazgo y su preocupación por el fortalecimiento espiritual de la comunidad monástica. La Orden Cisterciense se expandió gracias a su liderazgo y las constituciones que redactó, sentando las bases para la vida contemplativa y comunitaria en muchos lugares.

"Os aseguro que voy a presentarme ante Dios con temor y temblor, como si ninguna cosa buena hubiese hecho en mi vida, porque lo que pude haber hecho de bueno y el fruto que haya podido recoger, son obra de la gracia de Dios. Tengo miedo de haber administrado la gracia con menos celo y humildad de lo que debiera." - San Esteban Harding.

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