Beato Sergio Cid Pazo, Presbítero y Mártir

Beato Sergio Cid Pazo, Presbítero y Mártir

El beato Sergio Cid Pazo, un sacerdote salesiano español, entregó su vida en el contexto de la persecución religiosa de la Guerra Civil Española. Su testimonio de fe, expresado con valentía y entrega, lo convierte en un ejemplo inspirador para todos los cristianos. Su sacrificio, consumado en la Plaza de Vallvidriera, Barcelona, el 30 de julio de 1936, nos recuerda la importancia del amor a Dios por encima de cualquier amenaza y nos invita a reflexionar sobre el valor del martirio como expresión máxima del testimonio cristiano. Descubra la historia de este mártir, su vida, su vocación y su legado.

Índice
  1. Datos principales
  2. Nacimiento y primeros años
  3. Vocación y conversión
  4. Vida religiosa y obra
  5. Milagros y hechos extraordinarios
  6. Muerte y canonización
  7. Elogios y culto posterior

Datos principales

DatosDetalles
Nombre completoSergio Cid Pazo
Fecha de nacimiento24 de abril de 1886
Fecha de muerte30 de julio de 1936
Lugar de nacimientoAllariz, Orense, España
Lugar de fallecimientoPlaza de Vallvidriera, Barcelona, España
Día de celebraciónNo tiene día específico de celebración, forma parte del grupo de 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia (1936).
ElogiosMártir de la fe cristiana, sacerdote celoso y estimado, ejemplar en el testimonio de fe durante la persecución religiosa.
AtributosImagen como mártir, ligado al periodo de la Guerra Civil Española y a la persecución religiosa en España.
Canonización11 de marzo de 2001 por el Papa Juan Pablo II
PatronazgoNinguno explícitamente nombrado, pero reconocido dentro del grupo de mártires de la persecución religiosa en Valencia.

Nacimiento y primeros años

Sergio Cid Pazo nació en Allariz, provincia de Orense, el 24 de abril de 1886. Los detalles de su infancia y juventud, aunque no se desconocen, se limitan a la información disponible. Se sabe que, con un claro llamado vocacional, sintió una inclinación hacia la vida religiosa desde sus primeros años, lo que lo llevó a buscar su camino dentro de la Iglesia.

Vocación y conversión

Sergio Cid Pazo se unió a la congregación salesiana. Su vocación, impulsada por un profundo deseo de servir a Dios, lo llevó a ingresar en el aspirantado de Barcelona-Sarria. Después del noviciado, emitió sus votos religiosos en 1906. Posteriormente completó sus estudios eclesiásticos y fue ordenado sacerdote en 1912.

Vida religiosa y obra

Su ministerio como sacerdote salesiano se centró en Sarria, donde trabajó como catequista y animador religioso de los estudiantes. La descripción de su labor destaca la excelencia, celo y estimación que tuvo entre sus pares y feligreses. Fue un sacerdote reconocido por su dedicación y preocupación por la fe y la salvación de las personas. Su compromiso con la labor pastoral se manifestó a través de actividades como la catequesis y la animación religiosa de los estudiantes.

Milagros y hechos extraordinarios

En el contexto de la vida de un santo, los milagros no son hechos de este tipo. El beato Sergio Cid Pazo, no se cuenta con ningún registro de milagros atribuidos a su vida, su santidad y su legado reside en su testimonio de fe a pesar de la adversidad. Su decisión de mantenerse fiel a sus convicciones religiosas, que se evidenció en su ardiente sermón sobre el martirio, fue un acto de valentía excepcional.

Muerte y canonización

Tras el 18 de julio de 1936, domingo, y en su sermón de la misa, el beato Sergio Cid Pazo habló con fervor del martirio por la causa de Jesucristo. Este hecho demuestra su profundo compromiso con su fe, y la situación que vivió en los días sucesivos al golpe de estado. Sin refugio disponible, fue encontrado vagando por la ciudad hasta ser arrestado en un tranvía. Al ser identificado como sacerdote salesiano, fue conducido fuera de la ciudad, por la carretera de Sarria hasta llegar a las proximidades de la estación del funicular de Vallvidriera, donde fue ejecutado a tiros. El 30 de julio de 1936 marcó la trágica conclusión de su vida. Su cuerpo fue llevado al Hospital Clínico de Barcelona. La beatificación del beato Sergio Cid Pazo, junto con otros 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia, fue concedida por el Papa Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001, destacando su sacrificio y testimonio de fe durante la persecución religiosa en España.

Elogios y culto posterior

El beato Sergio Cid Pazo es recordado como un ejemplo de fortaleza y perseverancia en la fe. Su dedicación a la causa de Jesucristo, demostrada en su testimonio de fe en medio de la persecución, lo convierte en un modelo para los fieles. Su legado se mantiene presente a través del recuerdo de su sacrificio y las enseñanzas que derivan de su vida. No hay registros de un culto especial dedicado exclusivamente al beato Sergio Cid Pazo, sino que su memoria está unida a la de otros mártires de la Guerra Civil Española, y su legado es parte de la memoria y reflexión de la Iglesia Católica.

"La fe en Cristo se mantiene viva en el corazón del mártir, que incluso ante la muerte conserva su compromiso con Dios." (Frase representativa del legado de mártires como Sergio Cid Pazo)

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