
Beato José María Ferrándiz Hernández: Un Mártir de la Fe en la España Republicana

El Beato José María Ferrándiz Hernández, un sacerdote español que entregó su vida por la fe en medio de la convulsión de la Guerra Civil española, es un ejemplo de entrega y amor a Dios en las circunstancias más adversas. Su historia, de una vida dedicada a servir a los demás, culminó en un martirio ejemplar, convirtiéndolo en un símbolo de la fe y la resistencia cristiana durante el período. Este artículo profundiza en la vida del Beato José María Ferrándiz Hernández, explorando sus primeros años, su vocación, su labor pastoral, su inquebrantable fe y, finalmente, su martirio, ofreciendo un legado de esperanza y testimonio para la Iglesia.
Datos principales
| Datos | Detalles |
|---|---|
| Nombre completo | José María Ferrándiz Hernández |
| Fecha de nacimiento | 11 de agosto de 1879 |
| Fecha de muerte | 24 de septiembre de 1936 |
| Lugar de nacimiento | Campo de Mirra, España |
| Lugar de fallecimiento | Rotglá, España |
| Día de celebración | 24 de septiembre |
| Elogios | Apóstol entregado a los más necesitados, ejemplo de caridad, laboriosidad y prudencia, resistencia ante la persecución religiosa, mártir de la fe. |
| Atributos | Sacerdote, mártir, imagen de caridad, imagen de resistencia. |
| Canonización | 11 de marzo de 2001 (Juan Pablo II) |
| Patronazgo | No se menciona un patronazgo específico. |
Nacimiento y primeros años
José María Ferrándiz Hernández nació en Campo de Mirra, Valencia, España, el 11 de agosto de 1879. De familia probablemente humilde, según la información disponible, sus primeros años transcurrieron en un contexto marcado por la tradición católica. La información disponible sobre sus primeros años de vida es escasa.
Vocación y conversión
Su vocación sacerdotal se evidenció a temprana edad. Estudió en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José, de Valencia, y posteriormente en el Colegio del Corpus Christi. Recibió el Presbiterado en 1904, un paso crucial en su camino hacia el sacerdocio. La información disponible no detalla su conversión individual, solo el camino profesional y apostólico.
Vida religiosa y obra
Tras su ordenación, José María Ferrándiz Hernández se dedicó con celo a su ministerio sacerdotal. Desempeñó los curatos de Jalón, Campo de Mirra y Benisivá. En 1912 fue nombrado Cura Arcipreste de Alberique, donde fundó "El comedor de caridad", destacando su gran compromiso con los más necesitados. Posteriormente, fue nombrado Cura Arcipreste de Denia, donde continuó su labor pastoral con especial atención a los pobres y las clases obreras. En 1931, pasó a regentar la Arciprestal de Santa María de Alcoy, donde su dedicación y caridad ganaron el afecto de la comunidad.
Milagros y hechos extraordinarios
La vida del Beato José María Ferrándiz Hernández es recordada por su profunda entrega y virtudes, pero no se mencionan milagros extraordinarios en los registros disponibles.
Muerte y canonización
El estallido de la Guerra Civil Española trajo consigo persecuciones religiosas. Expulsado de la casa abadía en Alcoy, se refugió en el Hotel Continental. A pesar de su innegable labor pastoral y la gran estima que le profesaban sus feligreses, fue detenido el 28 de agosto. Luego, tras un breve período de detención e incomunicación, fue liberado. Sin embargo, el 24 de septiembre, fue apresado de nuevo, llevándolo a Valencia, donde finalmente fue asesinado en Rotglá. El 24 de septiembre de 1936, un miliciano le arrebató la vida. Su martirio, consumado por un tiro en la nuca, fue un acto de heroica resistencia a la persecución religiosa. La noticia de su muerte fue seguida de una serie de conmovedoras reacciones. Sus restos fueron trasladados a su pueblo natal, Campo de Mirra. En 1936, su cuerpo fue trasladadodo a Campo de Mirra, dónde sus restos descansan. La canonización del Beato José María Ferrándiz Hernández se produjo el 11 de marzo de 2001 por el Papa Juan Pablo II, reconociendo así su heroica fidelidad a la fe.
Elogios y culto posterior
El Beato José María Ferrándiz Hernández fue reconocido por su dedicación incansable a su ministerio, su caridad y su valentía frente a la adversidad. Sus acciones y su sacrificio se convirtieron en un testimonio de la fe católica durante la Guerra Civil Española. El reconocimiento de su santidad a través de su canonización refleja la importancia de su legado para la Iglesia. Su culto se mantiene en su pueblo natal y en las zonas donde ejerció su ministerio. Se convirtió en parte de los 233 Mártires de la Persecución Religiosa de Valencia.
"Si no lo matas, te matan a ti." (Se cree que estas fueron las últimas palabras del Beato José María Ferrándiz Hernández antes de su martirio.)
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