La Beata Humbelina, Abadesa: Una Vida de Conversión y Servicio

La vida de la beata Humbelina es un testimonio conmovedor de la capacidad de Dios para transformar incluso las vidas más mundanas en instrumentos de su gloria. Esta mujer, nacida en el seno de una familia noble y acostumbrada al lujo, experimentó una profunda conversión gracias a la influencia de su hermano, el santo Bernardo de Claraval. Su historia, aunque breve en comparación con otras figuras de la época, es significativa por su impacto en la vida religiosa del siglo XII y su legado duradero en la tradición cristiana. Descubre cómo el llamado de Dios resuena en la vida de esta mujer, llevándola desde la vida cortesana hasta el recogimiento monástico.

Datos principales

Nacimiento y primeros años

Nacida en 1092, Humbelina era la hermana de San Bernardo, quien sería una influencia crucial en su vida. Como se destaca en el texto, Humbelina poseía "gran belleza física, una hermosa voz y cantaba muy bien", características que la situaron en un lugar privilegiado en la sociedad de su época. Su vida en el mundo estaba rodeada del lujo, reflejado en su vestimenta y cortejo. La familia de Humbelina era de la nobleza, y su esposo, Guido de Mercy, pertenecía a la casa de Lorena.

Vocación y conversión

La visita a San Bernardo en la abadía de Claraval, lujosamente vestida, desencadenó un incidente clave en la vida de la beata Humbelina. San Bernardo, conociendo a su hermana, vio en su vestimenta y cortejo un reflejo de una vida mundana que, según el santo, no era apropiada para ella. Esta discrepancia generó un enfrentamiento interno en la beata Humbelina, quien pudo advertir la molestia de su hermano o, según la tradición, fue informada de la misma por su hermano Andrés. Esto motivó un encuentro entre ambos, donde Bernardo reprendió con dulzura a su hermana, recordándole el ejemplo de su madre y su propia virtud, influyendo en su decisión de abandonar la vida terrenal.

Vida religiosa y obra

La conversación con su hermano San Bernardo provocó un cambio radical en la vida de Humbelina. Logró convencer a su esposo para que permitiera su decisión de ingresar al convento de "Les-Nonnains". Su vida religiosa fue ejemplar, y practicó rigurosas penitencias, superando las peticiones de moderación de sus hermanas religiosas. En el convento, se destacó por su austeridad y entrega. Más adelante, Humbelina fue elegida para sustituir a su cuñada Isabel como abadesa, cuando esta fundó un nuevo convento en Dijon.

Milagros y hechos extraordinarios

El texto no describe milagros atribuidos a Humbelina. Se centra en su conversión y posterior vida religiosa.

Muerte y canonización

Humbelina murió en los brazos de su hermano San Bernardo en 1135 o 1136. Su culto fue aprobado en 1703.

Elogios y culto posterior

Humbelina es alabada por su transformación personal, su perseverancia en la vida religiosa y su amor por Dios. Su vida fue un testimonio de conversión, y su culto destaca la figura de una santa que, a pesar de su origen privilegiado, buscó la humildad y la dedicación a la vida religiosa. El hecho de que casi todas las vidas de San Bernardo hablan de Humbelina es un testimonio de su influencia y de la importancia que le concedía a su hermana. Henríquez, en su obra Lilia Cisterciensium, la situó como una de las santas mujeres más importantes de su época.

"La gracia de Dios te concede ser más fuerte que el deseo del mundo".

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