
Beata Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi, Virgen y Fundadora

La vida de Beata Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi es un testimonio inspirador de entrega y sacrificio, un ejemplo de vocación misionera y servicio a los demás. Nacida en el seno de una familia humilde de Tafalla, Navarra, dedicó su vida a la educación y a la expansión del cristianismo, fundando una congregación religiosa que continúa hoy su obra. Su perseverancia, su amor a Dios y su profunda humildad la condujeron a un camino de santidad que la Iglesia reconoce en su beatificación. Esta historia de fe y servicio merece ser conocida, y despierta la reflexión sobre el valor del compromiso y la entrega incondicional.
Datos principales
| Datos | Detalles |
|---|---|
| Nombre completo | Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi |
| Fecha de nacimiento | 14 de marzo de 1868 |
| Fecha de muerte | 24 de febrero de 1940 |
| Lugar de nacimiento | Tafalla, Navarra, España |
| Lugar de fallecimiento | Pamplona, Navarra, España |
| Día de celebración | No establecido en el calendario general, pero se conmemora su vida y obra |
| Elogios | Fundadora de la Congregación de las Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario, dedicada a la educación y la misión; ejemplo de obediencia, caridad y sacrificio. |
| Atributos | Entrega total a Dios, dedicación a la misión, valentía frente a la adversidad, profunda humildad, amor a los demás. |
| Canonización | Beatificada el 14 de mayo de 2005 por el Papa Benedicto XVI. |
| Patronazgo | No establecido como patrona de ninguna comunidad u oficio en específico. |
Nacimiento y primeros años
Florentina Nicol Goñi, como fue bautizada, vio la luz en el 14 de marzo de 1868, en Tafalla, Navarra, última hija de Juan Nicol y Águeda Goñi. Su padre, comerciante de calzado y aperos de labranza, proporcionó un entorno familiar marcado por el trabajo y la fe. La educación de Florentina, como la de otras niñas de su estrato social, se centró en los valores tradicionales.
Vocación y conversión
Desde joven, Florentina mostró un particular interés por la vida religiosa, que se intensificó en el Beaterio de Santa María Magdalena y Santa Rosa en Huesca, donde se formó bajo la tutela de las religiosas dominicas de la Tercera Orden. A la edad de 17 años, el 22 de octubre de 1885, decidió ingresar en la comunidad de religiosas de Santa Rosa de Huesca, iniciando así su camino hacia la consagración total a Dios.
Vida religiosa y obra
El noviciado de Florentina estuvo marcado por un fervor y una generosidad inigualables, todo lo consideraba poco para su entrega total a Dios. Profesó al año siguiente, adoptando el nombre de Ascensión del Sagrado Corazón. Su jovialidad y alegría le granjearon afecto entre las niñas del externo, pero también generaron dificultades con las superioras. Su traslado a otros trabajos comunitarios fue una prueba de obediencia que la fortaleció para asumir futuras responsabilidades.
En 1912, la clausura de la Escuela Normal de Santa Rosa de Huesca supuso un desafío. La orden, con la intención de enviar religiosas a Perú, encontró en monseñor Zubieta un camino para seguir con sus vocaciones. El proyecto se formalizó y, el 17 de noviembre de 1913, cinco religiosas, entre ellas Ascensión, partieron para Lima, Perú. El largo viaje, la hizo profundizar en la fe y el respeto por sus compañeras, así como del mismo monseñor Zubieta.
La integración en el Beaterio de Nuestra Señora del Patrocinio de Lima, no fue sencilla. Tras diversas adversidades, Ascensión demostró gran fortaleza, consiguiendo la elección como priora el 1 de abril de 1914. Su liderazgo fue esencial para la integración de las comunidades de Lima. El Beaterio, sufría de problemas, gracias a la Beata, se revitalizó, y se consolidó. En 1918, la visita del padre Theissling permitió la aprobación de la fundación de la Congregación de las «Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario», con la posterior aprobación de sus constituciones el 27 de septiembre de 1918. Ascensión fue nombrada superiora general el 5 de octubre de 1918.
Milagros y hechos extraordinarios
La vida de Beata Ascensión no se centra en hechos sobrenaturales evidentes. Su santidad reside en su entrega, caridad, constancia y servicio incansable a los necesitados. Su liderazgo y su capacidad para afrontar las dificultades con fe y fortaleza son los hechos extraordinarios que resaltan su figura.
Muerte y canonización
La gran actividad de monseñor Zubieta y la labor de Beata Ascensión llevaron a la extenuación de ambos. La muerte de monseñor Zubieta, el 19 de noviembre de 1921, hizo recaer toda la responsabilidad de la naciente congregación sobre Ascensión. La expansión de la congregación a distintos países continuó con gran impulso.
Ascensión, enfermó gravemente en 1939, y el 6 de enero de 1940 se le declaró la enfermedad que le llevaría a la muerte. El 22 de enero recibió el viático y la extrema unción, y falleció el 24 de febrero en Pamplona, con la fama de santidad. La Iglesia la beatificó el 14 de mayo de 2005.
Elogios y culto posterior
El legado de Beata Ascensión trasciende su propia vida. La Congregación de las Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario, fundada por ella y monseñor Zubieta, continúa su obra de educación y misión en diferentes países, perpetuando su ejemplo de entrega a Dios y al prójimo.
"El amor a Cristo no conoce límites, y la entrega por los demás es la mejor forma de servirle." - Beata Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi
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